Tuesday, August 26, 2025
Saturday, August 9, 2025
"PRESENCIA DE MÉXICO EN LA NUMISMÁTICA CUBANA", BLOG DE LA SOCIEDAD NUMISMÁTICA DE MÉXICO, ENTRADA DEL 4 DE AGOSTO DE 2025
a.
PRESENCIA
DE MEXICO EN LA NUMISMÁTICA CUBANA
Por: Roberto Menchaca¹
Resumen: Este trabajo explora un área poco
conocida como son las conexiones que existieron entre México y Cuba con
respecto a las acuñaciones monetarias realizadas para la circulación en este
último país.
Palabras Clave: Cuba, México, Monedas cubanas
Abstract: This
paper explores a little-known area, namely the connections existing between
Mexico and Cuba with respect to the coinage minted for circulation in the
latter country.
Keywords: Cuba, Mexico, Cuban coins
1 Período colonial
Es bien sabido que en Cuba no se instaló nunca una casa de moneda durante
el período colonial. Es por ello que el circulante en la isla se nutría, además
de la moneda llegada desde la metrópoli, de monedas españolas acuñadas
directamente en las cecas que España ordenó instalar en algunos de sus
posesiones coloniales, como los territorios de los actuales México y Santo
Domingo, entre otras.
Gracias a la Real Cédula fechada el nueve de febrero de 1556 comenzaron a
llegar a La Habana los “situados” procedentes principalmente del Virreinato de
Nueva España. Estas remesas periódicas de dinero estuvieron originalmente
destinadas a sufragar los gastos derivados de la construcción de
fortificaciones defensivas y, con el tiempo, supusieron una importante
inyección financiera a la economía local. La independencia de la mayor parte de
las colonias ocurrida durante el siglo XIX, y en especial la independencia de
México en 1821, provocó el cese de este influjo monetario causando un grave
perjuicio económico a la isla. Con los situados llegaron a Cuba varios tipos de
monedas como las macuquinas y la posterior moneda “de busto” que sirvió para
sustituir a la primera.
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FIGURA 1: Anverso y reverso de una moneda
macuquina de ocho reales acuñada en México (Reinado de Felipe II) |
Junto a estas monedas llegaron también a Cuba las “onzas” de oro y los
“pesos” de plata de ocho reales, que a la larga también acabarían dándole el
nombre a la unidad monetaria del país. Ambas monedas tuvieron una amplia
circulación en Cuba. En el caso de la “onza” su influjo se vio enormemente
favorecido por el premio del 6.25% con que estas monedas se cotizaban en la
isla. Es decir, una de estas monedas se cambiaba por 17 pesos en La Habana con
respecto a los 16 pesos que valían en la península.
La carencia de moneda en circulación motivó que las autoridades de la isla
decretasen una serie de medidas para permitir la circulación de monedas
extranjeras en el país, incluso la de aquellas repúblicas recién liberadas del
dominio colonial español. De este modo, la Real Orden de 28 de marzo de 1825
dispuso la circulación de la moneda de oro mexicana mientras que la Real Orden
de 23 de octubre de 1833 autorizó la circulación de las monedas de plata de las
nuevas repúblicas por el mismo valor que las antiguas pesetas “columnarias”.
Cabe mencionar la existencia de un conjunto de monedas de plata,
principalmente mexicanas y norteamericanas que exhiben un resello en forma de
llave atribuido generalmente a Cuba. Si bien no se conoce evidencia alguna que
lo confirme, la hipótesis más aceptada por la comunidad numismática es que las
piezas fueron reselladas con vistas a recaudar fondos que ayudasen a sufragar
los gastos derivados de las guerras de independencia libradas por los cubanos
contra el imperio colonial español en la segunda mitad del siglo XIX. Las
monedas mexicanas que fueron reselladas corresponden tanto a las denominaciones
de dos, cuatro y ocho reales como las de veinticinco, cincuenta centavos y un
peso.
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FIGURA 3: Anverso y reverso de una moneda
mexicana de cuatro reales de 1855 resellada con una llave. |
2 Período
republicano
La entrada de Estados Unidos en la guerra de independencia cubana en 1898
aceleró el fin del dominio colonial español. No obstante, los cubanos no
lograron su ansiada independencia y la isla pasó a estar controlada por el
vecino del norte.
Si bien la República de Cuba fue proclamada el veinte de mayo de 1902, las
primeras monedas cubanas no fueron acuñadas hasta 1915 gracias a la Ley de
Defensa Económica firmada por el presidente cubano Mario García-Menocal el 29
de octubre del año anterior. La citada ley dispuso el cese del curso legal de
todas las monedas extranjeras que se mantenían en circulación en la isla con la
sola excepción de la moneda norteamericana.
Después de acuñar importantes cantidades de monedas entre los años 1915 y
1920 en la ceca de Filadelfia, las acuñaciones fueron suspendidas a causa de la
crisis que sacudió a Cuba a partir de ese último año (i.e. el período conocido
como de “las vacas flacas”).
No obstante, a finales de 1927 se contempló la idea de retomar las
acuñaciones en plata. Para ello, se pensó en primer lugar producir las piezas
en la Casa de la Moneda de México aprovechando la estrecha amistad del
presidente cubano Gerardo Machado con el General mexicano Juan Barragán
Rodríguez cercano al presidente de aquel país. Si bien se mantuvieron
contactos, la idea no llegó a fructificar y posiblemente quedó definitivamente
abandonada a raíz del crack bursátil de 1929.²
Las acuñaciones en plata no se reanudaron hasta 1932. A lo largo de toda
esa década los sucesivos gobiernos cubanos acuñaron cuantiosas cantidades de
monedas en este metal con el objetivo expreso de aprovecharse del señoreaje que
reportaban estas actividades para financiar los déficits presupuestales. A la
larga esta política condujo a la devaluación del peso cubano frente al dólar
norteamericano. Entre 1932 y 1939 se acuñaron unos ochenta millones de pesos en
plata. Si bien las monedas fueron producidas en la Casa de la Moneda de
Filadelfia, el metal necesario para la acuñación se compraba indistintamente en
los mercados de Nueva York, Londres o México, según resultase más ventajoso.³
Poco después de iniciada la Segunda Guerra Mundial las autoridades cubanas
estudian la necesidad de retomar las acuñaciones de moneda fraccionaria de baja
denominación que comenzaba a escasear de manera alarmante. En este sentido la
Casa de la Moneda de México remitió en 1940 a las autoridades cubanas una
propuesta para realizar la acuñación de monedas de uno, dos y cinco centavos en
ese país. La propuesta comprendía la acuñación de las piezas utilizando
aleaciones de cobre: níquel o cobre: zinc y especificaba un período de entrega
de seis meses para las monedas acuñadas.⁴ Si bien el Congreso
cubano aprobó la Ley número 27 el 21 de julio de 1941 autorizando al ejecutivo
a acuñar monedas de uno y cinco centavos, la citada acuñación nunca se realizó.
Hubo que esperar hasta 1943 para que la citada acuñación de piezas fraccionarias
se llevará acabo, si bien esta no se realizó en México sino nuevamente en
Estados Unidos.
Con la creación del Banco Nacional de Cuba en 1948, se emitieron nuevos
billetes que en lo sucesivo ya no estarían garantizado con plata sino con oro,
dólares y otros activos. Esto le permitió al banco retirar de la circulación la
mayoría de las monedas de plata de un peso y venderlas por su contenido
metálico. A partir de julio de 1950 el Banco Nacional comenzó la venta de los
ochenta millones de estas monedas que atesoraba en sus bóvedas. La venta fue
canalizada a través del Tesoro norteamericano y se extendió hasta 1954
generando un beneficio neto de casi 50.5 millones de pesos para la hacienda
cubana. La operación estuvo precedida por una serie de negociaciones concluidas
en 1950 con las autoridades monetarias del Banco de México, que era el
principal productor mundial de plata y pieza clave en el mantenimiento del
precio de dicho metal en el mercado mundial.⁵
Una parte de la plata obtenida de la fundición de estas monedas fue
utilizada en la acuñación de una serie conmemorativa destinada a la
circulación. Las monedas en cuestión sirvieron para conmemorar el cincuenta
aniversario de la proclamación de la república ocurrida en 1902. Con vistas a
asegurar que las monedas llegasen a la isla antes de la festividad del veinte
de mayo, las autoridades cubanas iniciaron gestiones con el director general
del Banco de México, Rodrigo Gómez Gómez, para las monedas en este país en caso
de que la ceca norteamericana de Filadelfia impusiera un tiempo de espera
inasumible para acuñar las monedas cubanas. Finalmente, la opción mexicana no
fue necesaria y las primeras monedas del “cincuentenario” llegaron a Cuba el 8
de mayo de 1952.⁶
A partir de diciembre de 1956 se inicia la última fase de la sublevación armada contra el gobierno de Batista. Un grupo de ochenta y dos expedicionarios liderados por Fidel Castro embarca a bordo del yate “Granma” en el puerto mexicano de Tuxpan con destino a Cuba para dar inicio al conflicto armado que culminará con el triunfo revolucionario de 1959. Durante este tiempo se emiten un gran número de bonos tanto en Cuba como en otros países, incluido México, para sufragar los gastos derivados de la lucha armada. Algunos de los bonos producidos en México fueron impresos a nombre del movimiento “26 de Julio” en las denominaciones de uno y diez pesos. Otros fueron impresos por organizaciones y movimientos mexicanos afines a la causa cubana. Estos ‘últimos ostentan la efigie del patriota cubano José Martí y las banderas cubana y mexicanas.⁷
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FIGURA 6: Anverso y reverso de un bono de un
peso impreso en México D.F. a nombre del Movimiento “26 de Julio” |
3 Período
revolucionario
Las monedas y billetes cubanos producidos desde 1959 han tenido
desgraciadamente pocos puntos en común con el hermano país mexicano.
Quizá uno de los hechos más sobresalientes de este período lo constituye la
acuñación en 1970 de un número de piezas conmemorativas realizada con fines
comerciales por la empresa privada Central de Numismática y Medallística de
México. En plata fueron acuñadas piezas en la denominación de un peso y un
número aún más reducido de ejemplares fue producido en oro en la denominación
de veinte pesos. Las piezas ostentan en el anverso la imagen frontal de Ernesto
“Ché” Guevara, quien había caído en combate tres años antes en la selva
boliviana, rodeada de las leyendas “PATRIA O MUERTE” y “HASTA LA VICTORIA
SIEMPRE”. La fecha de su caída en combate, 1967, se inscribió debajo de la
imagen. En el reverso se dispuso el escudo de la república rodeado por la
leyenda “REPUBLICA DE CUBA”, la denominación, el año de acuñación “1970” y el
metal principal de la aleación con que las piezas fueron fabricadas (i.e. oro o
plata pura). Las monedas fueron obviamente acuñadas con vistas a conmemorar la
caída en combate del comandante Ernesto Guevara, pero la emisión no contó nunca
con la autorización de las autoridades cubanas.⁸
La Casa de la Moneda de Cuba, anteriormente conocida como la Empresa Cubana
de Acuñaciones, ha producido desde 1977 monedas conmemorativas para celebrar un
sinfín de eventos y efemérides. Algunas de estas piezas están relacionadas de
algún modo con el país azteca como las monedas de uno y cinco pesos acuñadas en
1986 y 1988 para conmemorar la celebración del XIII Campeonato Mundial de
Futbol organizado por México.
En 1991 un grupo de países de habla hispana de Iberoamérica junto con
España y Portugal acordaron producir conjuntamente distintas series de monedas
con temas variados. México y Cuba han participado en varias ediciones de este
proyecto. Cada país acuña una moneda con un anverso escogido por sus
autoridades monetarias mientras que en el reverso se disponen los escudos de
todas las naciones participantes en el proyecto rodeando el escudo del país que
acuña la moneda en cuestión.
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FIGURA 9: Anverso y reverso de una moneda
conmemorativa mexicana de cien pesos de plata perteneciente a la primera
serie iberoamericana “ |
Es deseable que este proyecto prosiga y que en el futuro se estrechen los
lazos numismáticos que unen a Cuba y a México, dos naciones ya de por sí
hermanadas por la historia.
NOTAS:
¹ Investigador independiente
² Diario de la Marina, ediciones de 28.05.1927 y 23.09.1927
³ “Treasury buys silver abroad
for Cuban coins”, Chicago Tribune, 2 de septiembre de 1935; “Cuba buys London
silver”, The Numismatist, octubre, 1936
⁴ “Memorándum para la acuñación en la Casa de la Moneda de México de la
moneda fraccionaria cubana”, Archivo del Museo Numismático de La Habana
⁵ The Financial Times, 20 de julio de 1950
⁶ Nuevas monedas fraccionarias por el Cincuentenario”, Diario de la Marina,
16 de mayo de 1952
⁷ Véase el sitio web de “Cuba Museo” producido por Luis Diaz Mijares
⁸ “Numismática cubana, siglos XVI-XX”, Museo Numismático del Banco Nacional
de Cuba
BIBLIOGRAFÍA:
1. “Apuntes históricos de la circulación de la moneda en Cuba”,
2023, Roberto Menchaca, Editorial Punto Rojo Libros, Sevilla, España.
2. “La circulación de las monedas de oro españolas y francesas durante
la primera intervención norteamericana en Cuba (1898-1902) y su posterior
desmonetización”, Roberto Menchaca, Numisma, 2022, nr. 264, año LXXII, pp.
165-173.
3. Digital Library of the Caribbean (www.dloc.com): colección de periódicos
y revistas cubanas.
4. Hemeroteca Nacional (Biblioteca Nacional de Cuba): colección de
periódicos y revistas nacionales.
5. Diario de E. Montoulieu y archivo fotográfico; Museo Numismático de La
Habana.
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